El Red Velvet es un pastel de terciopelo rojo, suave y húmedo, con un delicado sabor a cacao y una rica crema de queso.
Ingredientes:
2 1/2 tazas de harina para todo uso
2 cucharadas de cacao en polvo sin azúcar
1 cucharadita de bicarbonato de sodio
1 cucharadita de sal
1/2 taza de mantequilla sin sal, a temperatura ambiente
1 1/2 tazas de azúcar
2 huevos grandes
1 taza de buttermilk (leche con unas gotas de limón)
1 taza de aceite vegetal
1 cucharadita de extracto de vainilla
1 cucharadita de vinagre blanco
Colorante rojo para alimentos
Para la crema de queso:
225g de queso crema, a temperatura ambiente
1/2 taza de mantequilla sin sal, a temperatura ambiente
2 tazas de azúcar glas
1 cucharadita de extracto de vainilla
Instrucciones:
Pre-calienta el horno a 180°C. Engrasa y enharina dos moldes para pasteles de 20 cm.
En un tazón grande, tamiza la harina, el cacao, el bicarbonato de sodio y la sal. Reserva.
En otro tazón grande, bate la mantequilla y el azúcar hasta que estén suaves y esponjosos. Agrega los huevos, uno a la vez, batiendo bien después de cada adición.
En un tazón mediano, mezcla el buttermilk, el aceite, el extracto de vainilla y el vinagre blanco. Agrega la mezcla de buttermilk a la mezcla de mantequilla, alternando con los ingredientes secos. Mezcla hasta que esté suave.
Agrega suficiente colorante rojo para obtener el color deseado.
Divide la masa entre los dos moldes preparados y alísala. Hornea en el horno precalentado durante 25-30 minutos, o hasta que al insertar un palillo en el centro salga limpio.
Deja enfriar en los moldes durante 10 minutos, luego transfiere a una rejilla para que se enfríe completamente.
Para hacer la crema de queso, bate el queso crema y la mantequilla hasta que estén suaves. Agrega el azúcar glas y el extracto de vainilla y bate hasta que esté suave y esponjoso.
Cubre una capa de pastel con una cantidad generosa de crema de queso. Coloca la otra capa encima y cubre todo el pastel con más crema de queso. Decora según desees.